Casi parece absurdo que en un país como el nuestro no pase un mes sin que se realicen más de tres eventos culturales o científicos. Resulta a todas luces contraproducente si se piensa en el gasto de recursos que todo esto trae consigo. Sin embargo, siempre hay lugar para uno más y las razones sobran si de diseño se trata, pues en un país tercermundista resolver cuestiones de orden, utilidad y belleza debería ser un asunto de primer orden.
La Primera Bienal de Diseño de La Habana que en este año 2016 sale a la luz, pudiera convertirse en respuesta a temas que por tantos años se han dejado al margen o no han sido vistos como prioritarios por concurrir con causas de fuerza mayor que opacan su necesidad de existir.
El programa, convocado por la Oficina Nacional de Diseño y la Fundación Caguayo, ha logrado ya, desde antes de su inauguración, mover conciencias y disposiciones en torno al tema dentro y fuera de Cuba. Al llamado han acudido no solo proyectistas nacionales, reconocidos por su trabajo en varios sectores y países, sino también un grupo de pensadores, diseñadores industriales y gráficos, artesanos y artistas, empresas de varias categorías y publicistas que promueven el buen diseño en todas sus escalas.
El Congreso que tendrá lugar en el Palacio de Convenciones, está llamado a convertirse en el agente movilizador de conciencias, pues por muy manida que pueda sonar la frase, a nivel institucional o gubernamental, la necesidad de diseñar ambientes, productos, imagen personal y todo lo que concierne a la vida contemporánea en un país en desarrollo, es vital, más que necesario.
En el esquema están incluidas las conferencias magistrales de Sir Martin Sorrell, de Reino Unido, quizás la más esperada por constituir su presencia como CEO de WPP, una de las empresas de publicidad más importantes a nivel mundial, un encuentro sin precedentes. Entre otros catedráticos, profesores e investigadores que mostrarán lo que a las cinco mesas de trabajo dispuestas concierne.
El evento expositivo de la Bienal, que ocupa ya más de 20 sitios por toda La Habana, sirve no solo como espacio de confrontación, sino que constituye, creemos, el primer movimiento unido de instituciones privadas y estatales, en pos de un suceso común, valor añadido para esta primera edición de la cita de diseñadores.
La Bienal comienza sin olvidos, tanto que dedicará homenajes a quienes, por años, replantearon la visualidad cubana desde sus haceres. Es así como se le brindará preponderancia a la obra de Clara Porset con una muestra de su mobiliario restaurado con este propósito, y a Rafael Morante, más reciente Premio Nacional de Diseño.
Entre conciertos, muestras, obras de teatro, funciones de danza contemporánea, desfiles de modas y joyas, conferencias magistrales y ponencias de todos los países latinoamericanos y otros, transcurrirá este encuentro que para hablar del arte de ordenar y comunicar se ha citado.
Por el momento, las salas del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso abrirán sus puertas para dar la bienvenida e inaugurar toda una semana de actividades, y aunque aún están por verse los resultados de lo que ha levantado grandes expectativas, hoy Habemus Bienal de Diseño en La Habana….